Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Creo poder afirmar que la amistad develada en estas cartas implicaba un conocimiento relativamente profundo de sus respectivos trabajos, cuyos temas, por lo demás, se cruzaron en más de una ocasión. Benjamin y Auerbach fueron grandes misivistas, bella palabra que para la RAE todavía no existe. Sus cartas son el testimonio no solo de una amistad en tiempos de horror, sino de sus respectivas supervivencias. Ellas testimonian tanto una amistad prácticamente desconocida para gran parte de la intelectualidad contemporánea, como la muerte de una época en que la redacción de cartas tenía un lugar central.