Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Lo cotidiano en su riqueza y alienación frente a una realidad contrastante, vertiginosa, incomprensible, que ofrece compensaciones de lucidez y gracia donde el viajero o el exiliado se modela a sí mismo en las diferencias. Así, el asombro y la conjetura surgen De cada uno de los cuentos de soledad. Piedra la fluidez intensa Ante la compañía en la fugacidad y las mentiras cómplices; un telefonema Intempestivo del otro lado del océano que entrega el círculo del tiempo (País costumbres, figuras de infancia y memoria que proyectan Certeza cruel y a la vez consuelo); el trance del suicida en un Balcón de Barcelona que advierte a una mujer que le observa y emite Su nombre; los amantes complementarios en los equívocos importantes abiertos o incertidumbre de la vigilia