Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Tres son los protagonistas de esta extraña y fantástica aventura, Herbert Stencil, que busca algo que cree haber perdido, Benny Profane, quien, como nunca tuvo nada que perder, nunca ha buscado nada, y V., una enigmática mujer que podría ser una joven desflorada en El Cairo, una, bailarina alemana en el suroeste africano o una lesbiana de París. Pero ¿por qué Stencil se empeña en investigar la verdadera identidad de V.? La respuesta tal vez resida tanto en la pertinaz idea que tiene Stencil de que detrás de V., y en V., hay mucho más que todo lo que jamás hayamos soñado. Como en esta reflexión del propio Pynchon Lo que son para el libertino unos muslos abiertos, lo que es el vuelo de los pájaros migratorios para el ornitólogo, lo que es una tenaza para el ajustador, eso es para el joven Stencil la letra V