Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Una mujer que camina por el subterráneo de Nueva York tiene extrañas visiones que parecen ser fantasmas. Hay uno en especial que cree reconocer, el de Gilberto Owen. A su vez, el escritor mexicano alcanza a ver a una chica de enormes ojeras que lo ve desde su convoy. La vida de ambos está unida por su paso diario en el segundo metro más viejo del mundo. Los túneles y las lecturas son las que entrelaza sus vidas y lo que finalmente acabará fundiendo sus voces en una. Valeria Luiselli sorprende al panorama literario mexicano con esta su primera novela, cosechando de inmediato elogios, lo mismo de compañeros de generación que de escritores veteranos como Guillermo Sheridan. Luiselli se aleja de los temas que últimamente han inundado la literatura mexicana: el narcotráfico, la violencia, la denuncia social o el realismo sucio seudobukowskiano. Su narrativa, por lo tanto, viene a dar aire fresco a las letras nacionales