Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El padre de Jeffrey Lockhart, Ross, es el inversionista principal de un centro donde se lucha contra la
muerte congelando los cuerpos hasta que la tecnología pueda despertarlos. Hasta ese extraño lugar
viaja Jeffrey para consolar a su padre cuando va a despedirse de su esposa enferma con la
esperanza de reencontrarla en el futuro. Pero cuando Ross, en perfecto estado de salud, decide
acompañarla en el experimento, Jeffrey le niega su apoyo y se rebela. Una oda al lenguaje, una
profunda meditación sobre la muerte y una aguda observación sobre lo que implica estar vivo.