Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
1937. Perseguidos por el fascismo y las fuerzas estalinistas, León Trotsky y su esposa, Natalia
Sedova, llegan a México como exiliados. Diego Rivera y Frida Kahlo les ofrecen refugio en la Casa
Azul y los acogen en su círculo de intelectuales y artistas. Tras años de peligros y disputas, la
hospitalidad de la pareja mexicana se traduce en esperanza para los Trotsky sin embargo, la paz de
León se ve turbada por los extravagantes encantos de Frida, mujer indomable, sensual y volcánica,
que se le ha metido en la cabeza desde que la vio por primera vez, y que lo obliga a debatirse entre
el deber y el deseo.
La colorida y caótica Ciudad de México, con su magia y locura, es el escenario donde estos amantes
de Coyoacán, rendidos a la atracción que se profesan, aprovechan cada encuentro como si fuera el
último. Y es que la muerte acecha en cada esquina, los detractores del líder ruso no tardarán en
encontrarlo y, en estas circunstancias, el amor es una urgencia y la lucha, un imperativo.