Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda
del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentra en él un Conde ya ex policía, dedicado
ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese
rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1989. Todo surgió de la petición de la
teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de
Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado y al que le habían amputado un dedo y
grabado con una navaja en el pecho un círculo y dos flechas. Eran rituales de santería que obligaron
a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero el Conde descubrió hilos inesperados,
negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de
muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de
la serpiente para llegar a la cabeza.