Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Se conservan muchos escritos de platón cuya característica principal es que están en forma de dialogo y su principal protagonista suele ser Sócrates a quien suele utilizar para defender su propio pensamiento es por eso que en el mundo de la filosofía se conoce como diálogos de platón a la obra del célebre filósofo griego distinguido por haber sido el principal discípulo de cocrates y maestro de Aristóteles con quienes conforma el cuadro de los tres principales filósofos de la antigua Grecia.