He sido dos mujeres y he vivido dos vidas. Una de mis mujeres quería hacerlo todo según los anales clásicos de la feminidad casarse, tener hijos, ser complaciente, dócil y nutricia. La otra quería los privilegios masculinos independencia, valerse por sí misma, tener vida pública, movilidad, amantes. Creo que al fin he logrado que ambas cosas coexistan bajo la misma piel. Sin renunciar a ser mujer, creo que he logrado también