Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Cuando José Emilio Pacheco empezó a publicar su columna el 5 de agosto de 1973 era un joven de treinta y cuatro años. Cuarenta y años después, la noche del 24 de enero de 2014, Pacheco afinaba los detalles del segundo Inventario dedicado a Juan Gelman a raíz de sus muertes, ocurridas diez días antes. Luego de enviar su texto se fue a dormir para no despertar. Entre esas fechas se desarrolló, con algunas pausas pero sin tregua, la obra más importante, influyente y leída de nuestro periodismo cultural. Desde las primeras entregas de Inventario en Diorama de la Cultura del Excélsior de Julio Scherer(1973-76), la columna era esperada semana a semana y era ya un espacio querido y reconocible. Tras el golpe a Excélsior, Inventario pasó a publicarse en la revista Proceso desde su primer número hasta 2014. La escritura del conjunto de todos los Inventarios publicados por Pacheco fue una tarea de proporciones casi fuera de los alcances humanos. Eso, sin tener en cuenta que su autor también fue un notabilísimo poeta, narrador, traductor, cronista, conferencista y estudioso académico de la literatura.