Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Zapata, el símbolo del agrarismo, de la lucha por la tierra, la justicia y la libertad, es un personaje universal. La historia de Emiliano Zapata es la historia de la lucha ancestral de los pueblos indígenas y campesinos por defender sus tierras, sus bosques, sus aguas y sus recursos naturales de la voracidad de hacendados y autoridades de gobierno. Esta es la historia de quien desafió a Madero y su noción excluyente de democracia, de quien combatió a Huerta el usurpador, de quien unió sus fuerzas con Villa para sacar a Carranza de la silla presidencial, y de quien proclamó haberse levantado en armas para proteger a los pueblos de cualquier jefe o fuerza armada que atentara contra sus derechos. La rebeldía, la intransigencia y la persistencia de Zapata durante la Revolución Mexicana son la expresión diáfana de la resistencia de las comunidades campesinas, con la que a lo largo del tiempo se han identificado gentes de todas latitudes, pues Zapata representa a los hombres y las mujeres que trabajan la tierra, que viven de ella y que aspiran a seguirla trabajando en libertad; a las familias rurales que aspiran a tener una vida digna que puedan heredar a sus hijo