Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Un esperado festival de música, sin padres y sin límites, todo iba perfecto esa tarde de agosto. Sin embargo, Judith, philip, anouk y ziggy darían todo porque los sucesos de esa noche no hubieran ocurrido nunca. Fue la noche en que, accidentalmente, mataron a yasmin. Sin más testigos que ellos mismos o al menos eso es lo que piensan- lo único que los podrá salvar es su voto de silencio, pero al mismo tiempo los envolverá en un dilema moral. Los sentimientos de culpa y miedo representan una enorme carga para ellos y la desconfianza empieza a surgir entre el grupo, los fuertes se vuelven débiles y el cariño se convierte en odio. Esto destruiría la amistad de cualquiera, pero deben permanecer unidos porque hay alguien que sabe la verdad y quiere justicia.