Cuando en 1953 se estrenó en París Esperando a Godot, pocos sabían quién era Samuel Beckett, salvo, quizá, los que ya lo conocías como ex secretario de otro irlandés no menos genial: James Joyce. Por aquellas fechas, Beckett tenía escrita ya gran parte de su obra literaria; sin embargo, para muchos pasó a ser "el autor de Esperando a Godot". Se dice que, desde aquella primera puesta en escena, que causó estupefacción y obtuvo tanto éxito, hasta nuestros días, no ha habido año en que, en algún lugar del planeta, no se haya representado Esperando a Godot.