Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
La infancia de Ernesto termina con esa noticia, a los doce años, un día que regresa de jugar en el bosque de La Habana. A los ojos de los demás se ha convertido en el hijo de un héroe enviado, como tantos otros cubanos, a la guerra de Angola. Bajo el peso de esa responsabilidad, Ernesto comenzará a percibir la contradictoria realidad de la Revolución y a indagar obsesivamente sobre el largo periodo de la presencia cubana en África
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