Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Gabriela Mistral, como si fuera una escultora, cincela cada arruga del rostro de un Bolívar que no conocemos, a través de sus detalladas descripciones, y revela las emociones más escondidas del Libertador.