El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Todas las esperanzas de Gabriel Lynch se encontraban depositadas en un ascenso a la gerencia que
le fue negado. Peor aún: su falta de talento y su mala fortuna ni siquiera le permitieron estar dentro
de la terna de candidatos. Y Constantino, prototipo del niño mimado y con palancas, no solo le
ganó el puesto sino también los favores de la colega con la que salía. Esa fue la ofensa final. Gabriel
se niega a seguir siendo un espectador del éxito ajeno y decide hacer pagar a su superior las
afrentas e injusticias de las que se siente víctima. Pues, si bien carece de poder, le sobra el odio.