Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
¿Quién no recuerda el famoso verso ¡Oh, capitán! ¡Mi capitán!? Aunque escrito como homenaje póstumo a Abraham Lincoln, este fragmento forma parte la obra cumbre del viejo hermoso Walt Whitma, que diría García Lorca. Este poemario convirtió a Whitman, "el poeta del cuerpo y el poeta del alma", en uno de los autores estadounidenses más leídos de todos los tiempos. Una obra fresca y fragante como las hojas de hierba que le dan título.