Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Como en la tragicómica balada de Queta Garay que da título al libro, el afán por observar la vida cultural y política más allá de las apariencias despierta una mezcla de sentimientos que van de la irrisión a la náusea y de la perplejidad a la mueca burlona.