El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Luisa Josefina Hernández juega con los distintos papeles que se le han impuesto directa e indirectamente a la clase media y a la mujer, sumergiendo a sus personajes en un ambiente de machismos y cinismos que se han ido naturalizando a través del tiempo. Desde degradaciones sociales como patriarcados revestidos de matriarcados, jóvenes circundados por la violencia, y pensamientos descarados, la autora demuestra con una fina maestría el furor enclaustrado y la vida densa implantada