Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Antes que Orwell y Koestler, antes incluso que Victor Serge, estuvo Rosa Luxemburgo, una firme defensora de la democracia y, en palabras de Schumpeter, una de las críticas más implacables de las prácticas bolcheviques