El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Es esta una historia que, como dice Esteban Ascencio, se ve entre calles y se comenta en voz baja. Una historia a la que muchos han dado o darían la espalda. En ella hay una constante: la tragedia que en el día a día enfrenta el habitante de cualquier ciudad.