El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Nadie puede llamarse poeta, aunque escriba cientos de poemas, si estos se quedan guardados en la gaveta del escritorio. Poeta es aquel que escribe y lo pone a consideración de su comunidad, que en realidad es la humanidad toda, pues la aspiración del escritor es que lo lea la mayor cantidad de personas, del presente y del futuro. Pero entonces: ¿cuándo sabemos que estamos ante un verdadero poeta? Lo primero es reconocerse y asumirse como tal.