Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
Esta novela tiene como fondo un paisaje desierto, las milpas malogradas, los niños sucios, las mujeres tristes y los hombres desalentados: es la cal que todo lo devora, es San Andrés de la Cal.
El Resplandor es una obra de imágenes incrustadas en la tierra encalada, con esa blancura que cubre la esperanza y los rostros fatigados, Blancura que exprime la tierra hasta convertirla en terrones perdidos en lo profundo de las almas abandonadas y míseras.
Los personajes, entrañables y apocalípticos, se pierden en la rueda de la vida que los vuelve una vez y otra y por siempre al mismo lugar: destino ineludible, cruel, áspero como las manos desesperadas que en vano intentan resucitar una tierra que yace humedecida apenas con la sangre y el delirio de los indígenas, con la crueldad de los poderosos y la sombra de la muerte.
El resplandor conmueve. Mauricio Magdaleno nos lleva por los rincones más angustiantes del paisaje humano y nos arroja en el extremo del tiempo, en el filo de la cordura, ahí donde la vida se termina y comienza a resplandecer la cal.