Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Jacinto Ik’alnabil prepara la ofrenda de muertos para honrar a su padre y se traslada al pueblo de Jobel a comprar carne; ahí es apresado e injustamente inculpado de homicidio y condenado al fusilamiento. Hacinado en una celda junto a su hijo Pedro y los tres compañeros que lo acompañaban, todos son torturados. En su mente, Jacinto va y viene en sus recuerdos de la lucha armada contra el gobierno que permite que los exploten en las fincas; el inicio del levantamiento que lo lleva a ser portavoz de su pueblo; la muerte de camaradas que pelearon valientemente en aras de la dignidad humana y la libertad. Todo esto en medio de una revolución que muestra su cara más abyecta, y que es, más bien, moneda de cambio del pillaje, la injusticia, y la artera batalla para ver quién será el próximo detentador del poder.