Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
"Él lleva una vida de pecado y ella está comprometida con una vida de virtud.
Sean Bell no es un buen hombre y nunca ha pretendido serlo. No cree en la bondad, ni en Dios, ni en ningún final feliz que no se pague por adelantado. Hay palabras para hombres como él: playboy, mujeriego, o quizá, casanova.
Cuando conoce a una preciosa chica universitaria en una fiesta de recaudación de fondos, no tiene ningún problema en decirle exactamente qué cosas sucias quiere hacerle, hasta que se da cuenta de que es la hermana menor de su mejor amigo, Zenobia “Zenny” Iverson, que ya es toda una mujer. Y pero aún, está a punto de convertirse en monja…
Zenny, en cambio, quiere asegurarse, durante su último mes de libertad de que elegir a Dios es el camino correcto y, para ello, le pide a Sean que le muestre todas las tentaciones carnales que está dejando atrás. Sean sabe que no debería aceptar, incluso un hombre como él debería poner límites. Su desafío será enfrentarse a la moral que evade desde hace años y a una pasión incontrolable que lo hace desearle en cuerpo y alma… ¿Estaría mal pretender que Zenny lo eligiera a él en lugar de a su Dios?"