El periodo presidencial de Gustavo Díaz Ordaz, decisivo para la historia del país, define también la imagen póstuma de Novo. Como cronista de la ciudad de México fue testigo no siempre imparcial del movimiento estudiantil de 1968. Al mismo tiempo, fue espectador y víctima del progresivo envejecimiento y desaparición de la brillante camada de mexicanos a la que pertenecía.Si las páginas de La vida en México... son según dictaminó José Emilio Pacheco, una "novela involuntaria", los capítulos que ahora entregamos al lector forman el episodio climático que precede al final.