El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Esencial fue para el autor examinar los temas en conjunto, porque la España imperial y sus territorios americanos compartían un espacio político común, a pesar de las crecientes diferencias entre metrópoli y dependencias en las últimas décadas del siglo XVIII y primeras del siglo XIX, entre el primer loiberalismo y la reacción conservadora.