Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Desde hace casi treinta años, Enrique Krauze ha propuesto un panorama inquietante, detallado y de conjunto, de nuestro pasado: su obra es una auténtica biografía de México.
En este libro, los personajes de Krauze no son los hombres del poder sino los del saber. Construido como un texto polifónico, el libro aborda los temas fundacionales de la historia mexicana (el mundo prehispánico, la Conquista, el Virreinato) y alrededor de ellos estudia la actitud histórica de varios historiadores y escritores que vivieron el turbulento siglo xix.
En estas páginas los hombres se encuentran en permanente tensión creativa, entre el presente y el pasado: Manuel Orozco y Berra, Joaquín García Icazbalceta, José Fernando Ramírez, Lucas Alamán, Ignacio Ramírez, Ignacio M. Altamirano, Justo Sierra, Vicente Riva Palacio. Estos autores, aunque diferentes en sus posturas, creyeron en mayor o menor medida en la necesidad de investigar, conservar y trasmitir la memoria mexicana, instaurar una permanente y casi religiosa presencia del pasado.