Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Un clásico inédito en lengua castellana Charles Homer Haskins fue uno de los grandes medievalistas de su generación. Fue profesor de historia en Harvard durante tres décadas y se hizo célebre por su capacidad de exponer sus conocimientos de forma atractiva para el público general, talento que se evidencia en El renacimiento del siglo XII, su mejor obra, en la que demostró que el Renacimiento no fue un fenómeno que surgiera de repente, sino que se inicia en el siglo XII y que se basa en muchas otras oleadas culturales. Fue el primero en lanzar la idea de una Edad Media creativa y vibrante, adelantándose treinta años a Erwin Panofsky. Desde el aumento de los manuscritos y las bibliotecas, y el enriquecimiento del saber intelectual, fomentado por reyes como Enrique II de Inglaterra y mecenas de las letras como Leonor de Aquitania o su hija, María de Champaña; pasando por un mayor conocimiento de la literatura latina, el aumento de los conocimientos científicos (muy notablemente gracias a la labor de los traductores de la escuela de Toledo, y de la corte de Sicilia), hasta la aparición de las primeras universidades, Haskins invita al lector a sumergirse en un siglo XII lleno de contrastes, origen de la Europa moderna y del Renacimiento italiano