Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La vida de Stalin antes de la Revolución fue siempre un enigma, que él mismo ocultaba con silencios y falsedades. Lo mismo podría decirse de los antecedentes de la propia Revolución, convertida en una leyenda épica tras el triunfo de los bolcheviques. Gracias a una impresionante aportación de nuevos documentos, Simon Sebag Montefiore, el autor de aquella obra maestra que es La corte del zar rojo, nos descubre un joven Stalin hasta ahora desconocido, que cobra una sorprendente
dimensión humana en estas páginas, y nos da una visión por dentro de la forma en que se preparó y triunfó la Revolución una prehistoria de la URSS.