El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Aborda una de las principales inquietudes intelectuales de su autor, a saber, las implicaciones políticas del abandono del concepto teleológico de naturaleza. Al separarse las tendencias opuestas de libertad y autoconservación, que dicho concepto trataba de unificar, surgen dos posiciones políticas antagónicas que tratan de imponerse: la izquierda y la derecha, los liberales conservatives. Mientras los primeros representan la emancipación del individuo el denominado por Freud principio del deseo los segundos luchan por la seguridad, por el mantenimiento de las condiciones de conservación el principio de realidad freudiano. La singularidad de Rousseau consiste en haber encarnado de un modo ejemplar ambas tendencias, convirtiéndose en precursor de todas las grandes posiciones políticas de la modernidad.