Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La labor de José Villagrán García (1901-1983), no sólo como teórico de la arquitectura sino como arquitecto activo desde 1923, año en que inicia las actividades que lo han caracterizado como uno de los pilares de nuestra arquitectura, debe de ser reconocida ampliamente por su importancia histórica.En este libro analiza algunas de sus obras construidas en la ciudad de México. Expone su validez y su riqueza en valores plástico-estéticos o formales y, al mismo tiempo, como estos responden a los postulados teóricos que durante cincuenta años enseñó en la Escuela Nacional de Arquitectura.Enseñanza por demás oportuna la de su obra profesional. En ella se comprueba que Villagrán no carga el acento creativo sólo en lo formal "volúmenes y fachadas", como ahora sucede frecuentemente en muchos autores por afán de modernidad en un olvido de los requerimientos básicos de utilidad y comodidad de acuerdo con un tiempo y cultura específicos.