Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Alberto Blanco ha buscado siempre la manera de integrar creativamente la imagen y la palabra. Su producción poética incorpora ecos de estas formas. Este libro contiene una visión amplia en torno a la escultura, la pintura, el collage, el arte-objeto, la fotografía y la arquitectura del mundo moderno y contemporáneo. Dice Alberto Blanco en las primeras páginas: "Sólo quiero agregar que mi mayor anhelo al escribir estos ensayos no ha sido ejercer la crítica de arte sino dar fe de la pasión de un poeta por las artes visuales. A mí no me interesa criticar sino ver. Sólo soy un poeta que a lo largo de toda su vida ha manifestado su amor por la imagen, en la teoría y en la práctica". Podemos esperar que estos ensayos contribuyan a la práctica de amar a través de la visión, según lo prescribía el místico medieval Ricardo de San Víctor, de quien el autor toma el principio Amare videre est: amar es ver. En pocas palabras: construir un diálogo sincero entre los amantes del arte.