Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
"Mi padre siguió leyendo y escribiendo y comprando libros, siempre guiado por su curiosidad múltiple. Cuando el hombre caminó por primera vez en la Luna el 21 de julio de 1969, compiló una antología literaria, poética y científica de textos e imágenes relativos a La Luna, bellamente diseñada por Vicente Rojo, todo a partir de los libros de su biblioteca "Las cajas de libros que llegaban pasaban primero por el desayunador, en la entrada de la cocina, antes de pasar a sus respectivos acomodos en orden temático y cronológico, jamás alfabético. Los mejores pasaban por su gran mesa de trabajo en la Biblioteca, para que mi padre los curioseara.""Como puede apreciarse, la biblioteca que mi padre fue juntando a lo largo de 71 años (de 1936 a 2007) tiene un fuerte sentido de unidad, incluye todo lo importante sobre literatura, historia y cultura de México, y mucho también sobre el resto del mundo y el conjunto de los grandes saberes. No es la biblioteca de un bibliófilo obsesionado con las ediciones originales, raras, bellas, lujosas y costosas, sino la de un escritor, un investigador, un curioso, y la curiosidad de mi padre era mexicana y universal."