Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
La imaginación, el juego con la forma y el retrato de tono casi fantástico se tejen a través de estas páginas para crear los más inesperados Escenarios del sueño. Recuerdos posibles e imposibles, instantes inclasificables o semillero de narraciones más extensas, conforman un recorrido en el que el lector viaja a través de un paisaje visto desde los ojos del microrrelato, como puertas hacia una noche cada vez más inmediata.Pero es en los relatos de mayor extensión que descubrimos una segunda intención; el lector se ve seducido, transportado hacia los sucedidos de un juego de espejos de tiempo y lugar: paulatinamente, podrá asomarse a la relación íntima entre la imaginación y la realidad precisa e innegable, como todas las cosas que siempre se intenta mantener secretas.