Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Durante los últimos veinticinco años un buen número de poetas, narradores, dramaturgos y ensayistas han enriquecido y transformado nuestra tradición literaria. Se trata de escritores originales y activos, cuyas obras -parte fundamental del panorama de las letras mexicanas- merecen ser mucho mejor leídas y conocidas. La colección La Centena, en sus vertientes de narrativa, poesía, teatro y ensayo está dedicada a recuperar esas obras significativas y a valorar a sus autores.Luis Arturo Ramos (Minatitlán, Ver., 1947). Becario del Centro Mexicano de Escritores 1972-73. Tiene cuatro libros de cuentos: Del tiempo y otros lugares, Los viejos asesinos, Domingo junto al paisaje y La señora de la fuente y otras parábolas de fin de siglo. Cinco novelas: Violeta-Perú (Premio Colima para obra publicada, 1980), Intramuros, Esto era un gato (Premio Latinoamericano Colima para obra publicada, 1989), La casa del ahorcado y La mujer que quiso ser Dios. Con Melomanías: la ritualización del universo, una lectura de la obra de Juan Vicente Melo, obtuvo el Premio Nacional de Ensayo José Revueltas.