Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Hugo Argüelles definió la obra de Sánchez Mayáns como altamente humanística, y que es evidente que el hombre es su preocupación principal y añade que en nuestro teatro no es posible ignorar obras como Las alas del pez. Dentro de su trayectoria es necesario señalar su labor docente en el mundo del teatro y la SOGEM, así como su voluntad por difundir la obra de sus contemporáneos.Para Juan Zapata Olivella, Sánchez Mayáns es de aquellos muy escasos ejemplares humanos que reconcilian al más pesimista con el resto de la especie. Hombre de indiscutibles méritos intelectuales, bondadoso en exceso, emotivo, erudito, y de una sinceridad llana, vive en función de su inteligencia y de su pueblo. No conoce la debilidad del egoísmo, y por tanto se prodiga con el buen éxito de quienes lo ganan.Finalmente, Felipe Garrido establece cierta analogía entre la destreza dramatúrgica de ese autor y su amplia mente probada calidad como sonetista - otro arte que exige cuidado para armar cada pieza y concluye que lo más importante es que su teatro conserva vigencia. Y la conserva porque los problemas que trata siguen siendo actuales.