Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Vladímir Galaktiónovich Korolenko tenía un lugar asegurado en la historia de la literatura rusa, por la calidad de su escritura y su ferviente humanismo. Apoyó la Revolución de 1917, pero pronto manifestó su distancia frente a los bolcheviques: le parecía escandaloso que el nuevo régimen utilizara los mismos métodos represivos de aquellos a quienes pretendia derrocar.