Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Escribir un relato en esta época es una tarea imposible, inútil, pretenciosa y agotada históricamente. Lo más que se puede hacer es explorar la arqueología de lo que podría ser o haber sido, reconstruir un texto borrado, sugerir un itinerario de lectura. Vitrina del anticuario, de Felipe Vázquez, carece de la mayoría de los elementos que podrían justificar su inscripción, no sólo en el relato, sino en todo el género narrativo. En lugar de ello, propone una serie de piezas proto y metanarrativas, juegos intelectuales, librescos, sofismas extendidos. Aquí radican su mayor acierto y su mayor desafío. La propuesta habla de un libro insólito, contenido y agotado en sí mismo y sin embargo - como el palimpsesto que pretende ser- lleno de profundidades verticales. Y los resultados ofrecen una obra pirotécnica y desmesurada.Agustín Cadena