Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En el cuentario Mexicanos por patria y provincia Marcovich descubre que, pese a que el universo se expande, cada vez hay menos espacio. Con sarcasmo y humor franco, sus personajes quieren vivir tranquilos, pero no los dejan. En estas páginas el lector encontrará viudas fascinantes, amigos esquizoides, narcos que han visto mucha televisión, militares que sirven para maldita la cosa, congresistas new age, jovenzuelas encantadoras, hombres solos y futbolistas típicamente atípicos. El tema de María y su inmaculada concepción tampoco escapa a su pluma, ni el de Dios y sus extrañas intenciones o el por qué México se singulariza por ser un país deliciosamente absurdo. Con casi cuarenta años de residencia en nuestro país, Gustavo Marcovich nos entrega en Mexicanos por patria y provincia una serie de cuentos que no sólo describen tipos locales, sino que se da el tiempo de tocar temas religiosos --abordados éstos desde una, digamos, teología humorística. Con toda seguridad la lectura del texto resultará del agrado de los lectores.