El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
En este segundo volumen, dedicado al siglo XX, los autores han dejado que los conservadores se definan a sí mismos, en contextos puntuales de polarización política, y --como en el primero-- se analizan los mecanismos mediante los cuáles podían insertarse en el debate del momento o, por el contrario, fueron excluidos de éste.