Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Museo vivo es una visita guiada que Saúl Ordoñez ofrece a sus lectores, a una personalísima colección de artes plásticas, por medio de poemas que registran una lectura íntima y radical de cada pieza. El recinto está organizado en cuatro salas que albergan 46 obras de distintos autores, épocas y técnicas: desde La nave de los locos de Hieronymus Bosch hasta Valium de Daniem Hirst, en una sucesión que incluye ejemplos de la abstracción más pura y el expresionismo más violento con creaciones de Bacon, de Chirico, Motherwell, Remedios Varo, Orlan, Klee, Giacometti, entre muchos otros. Con cada obra de esta museografía desgarradora, el poeta establece un diálogo no siempre evidente; habla con los personajes representados y con las tragedias de sus pintores, logra que sus palabras resuenen con ellos y que el poema vierta la experiencia del autor. Así es como vive este museo.
