Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Al ensayar su vida en la escritura, Salvador Elizondo (1932- 2006) se convirtió en un narrador fundamental con libros como Farabeuf (1965) o El grafógrafo (1972). En una tradición peculiar dentro de la literatura mexicana, practicó la subversión de los géneros a través del tratamiento de formas y temáticas inusuales. Tal vez por ello sus lectores lo han acogido por décadas con entusiasmo crítico.Jóvenes autores fueron convocados en Cámara nocturna para dialogar, desde el rigor analítico y la precisión estilística, con el corpus elizondeano. Novelas y cuentos, sus autobiografías ficcionales, su poesía, sus artículos, entre otros aspectos de la obra, son revisitados con fortuna por estos escritores desde sus perspectivas, influencias y obsesiones particulares.