Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
En esta ocasión, la tripulación de Luna Córnea decidió viajar, embarcarse para evocar el viaje. Pronto caímos en cuenta, como lo canta Cavafis en su famoso poema Ítaca, que el trayecto es la esencia misma del viaje, que es el ir yendo lo que fascina.