Las flores tienen vida propia; respiran, crecen, sienten, mueren, y son la parte más hermosa de una planta. Pero, más allá de su atractiva apariencia, la flor, es responsable en gran medida del complejo misterio de la vida vegetal por cumplir con la función de dar continuidad a su especie, aunque esto no siempre fue así.
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Gaceta De Museos, 3era Época, Diciembre 2014-Marzo 2015 No. 60