Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Inventar una danza habitada por el oleaje del océano, tal es la obsesión de Doris Humphrey, la famosa bailarina y coreógrafa americana de los años treinta. El itinerario excepcional de Doris cruza pronto el de Pauline Lawrence, música y decoradora. Juntas, con sus comapñeros de vida y parejas del escenario, Charles Weidman y José Limón, crearán, se amarán, se odiarán, se ligarán, se separarán, se opondrán a la gran rival, Martha Graham; protegerán los inicios de una bailarina llamada Louise Brooks.Claude Pujade-Renaud, en este texto vivaz, vibrante, sensual, traza la epopeya de los pioneros de la danza moderna americana; pero también se entrega, a através del retrato de la orgullosa, la voluntarioso, la inflexible Doris Humphrey, que dedica su cuerpo y vida a la consagración de su empresa, a una sutil reflexión sobre la creación y sus exigencias.