Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
La bienamada (1867) es una de las operaciones más osadas de Hardy y, en su engañosa simplicidad, una de las más cifradas. El joven escultor Jocelyn Pierston se nos aparece, al principio, como el último descendiente de la noble estirpe de los héroes romanticos: soporta una avasallante nostalgia de amor, esa eterna nostalgia masculina por la divinizada, la diosa, la única; busca, encuentra y abandona a diversas mujeres, se lanza a hacer largos viajes, fantasea, triunfa como artista, emprende discursos, se cruza -sin alcanzarlas jamás- con tres generaciones de Avicias -madre, hija y nieta-, de cuya existencia consigue por un momento participar de manera tan íntima.