Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Este texto aparece como fruto de una admirable confabulación, nacida de esa amistad que surge del encuentro de las culturas y que ilumina poderosamente la convergencia de las identidades. Una amistad que ha reunido a artistas ingleses y mexicanos para producir un espectáculo memorable. La Royal Shakespeare Company, en el contexto de la celebración que ha reunido a todas las teatralidades en torno a la visión shakespeareana del mundo, encargó a Luis Mario Moncada esta composición dramática que mira el asombroso mundo de los antiguos mexicanos tras el cristal de la tragedia isabelina, al tiempo que en una escenificación conjunta con la Compañia Nacional de Teatro ha conseguido que el espectador británico se reconozca a sí mismo en el espejo de una otredad insólita y reveladora, tanto como para nosotros, el asombro de México aparece en la alta dimensión del Teatro.