Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Nacemos niño o niña. Vamos a un baño con una figurita con falda o una con pantalones. Nos disfrazamos de vaqueros o de princesas. Parece ser muy sencillo, cosa de ser de un modo o de otro, pero con sólo rascarle un poquito resulta que el tema es mucho más que eso, y que está lleno de opiniones vociferantes a favor y en contra.
¿Pero a favor y en contra de qué? ¿Qué son el sexo y el género? ¿Hay más de un sexo o de un género, y si es así, quién lo impone o cómo es que lo descubrimos y lo decidimos en nosotros y en los demás? Si la cultura es la que nos dice cómo tenemos que ser, ¿cómo es que hay gente que decide cambiar de género o casarse con personas de su sexo? No es un tema fácil pero sí apasionante, y este es un buen punto de partida.