Juan Vicente Melo cuenta las vidas ajenas, las inventadas como si fuera la propia. Y sobre este juego de suplantaciones, se levanta el eje en torno al cual gira mucho de su trabajo literario. Cualquier individuo, por simple hecho de serlo, nos representa a todos en ese espacio íntimo, recóndito y a la vez ingente, que resulta la interioridad humana. La realidad deviene en rito, en carnaval de pronombres intercambiables: yo, tú, él no son sino máscaras de unos predestinada escenografía denominada existencia.
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Ediciones el Puente y los Vacíos del Canon Literario Cubano